Las llamadas de spam aumentan en todo el mundo y los delincuentes las utilizan para estafar a sus clientes. Muchos se han dirigido a las empresas de telecomunicaciones para buscar formas de aumentar la seguridad en torno a las llamadas de spam y cómo hacerlo. Examinamos esta cuestión y analizamos el papel que desempeñan los clientes para detener la actividad delictiva relacionada con el spam.
El impacto negativo del spam telefónico
No es ningún secreto que las llamadas de spam se han convertido en algo habitual para los clientes de las telecos. Para comprender el impacto de estas llamadas, debemos entender qué significa el término spam.
En términos sencillos, el spam se refiere a todas las comunicaciones no deseadas y no solicitadas. Normalmente, el spam se dirige a un gran número de usuarios con fines publicitarios, de suplantación de identidad, propagación de malware, etc.
Durante muchos años ha sido una forma de que las empresas comercialicen y anuncien productos, pero a medida que la tecnología ha avanzado, los delincuentes se han contagiado de esta tendencia. Los delincuentes suelen utilizar las llamadas de spam para suplantar identidades y propagar programas maliciosos con el fin de estafar a la persona al otro lado de la llamada. El objetivo de esta actividad es obtener algo de valor del objetivo para obligarle a pagar al atacante o para que el atacante pueda quitarle lo que quiere.
Las llamadas fraudulentas son a menudo una fuente de fraudes que tienen un impacto significativo tanto en las telecos como en los clientes. ¿Cuál es la magnitud de este problema? La respuesta es enorme, especialmente cuando se examina TrueCaller de TrueCaller, que afirma que solo en Estados Unidos se perdieron 39.500 millones de dólares* en estafas telefónicas en 2022.
Se trata de un problema importante, que pone a los clientes en una situación vulnerable. Las telecos están estudiando distintas formas de gestionar la amenaza del spam y las llamadas fraudulentas para proteger a sus clientes. La pregunta que hay que hacerse es: "¿Es sólo responsabilidad de las telecos resolver este problema?".
¿Dónde recae la responsabilidad?
De lo anterior se desprende claramente que las llamadas de spam se están convirtiendo en un problema importante. Muchas empresas de telecomunicaciones han recurrido a la tecnología para minimizar el impacto de este tipo de llamadas en el consumidor.
Esto incluye tecnologías avanzadas de aprendizaje automático que permiten a las empresas de telecomunicaciones desarrollar modelos avanzados supervisados y no supervisados que ayudarían a perfilar las llamadas y los mensajes para poner de relieve cualquier elemento relacionado con el spam en tiempo real, teniendo mucho cuidado de garantizar la protección de cualquier información personal que pueda estar vinculada a estos mensajes o llamadas. Con estos datos, las telecos podrían tomar decisiones informativas que les permitieran anticiparse y actuar contra cualquier comportamiento delictivo. Otras tecnologías son la inteligencia de señalización, la inteligencia de amenazas en tiempo real y los cortafuegos de voz y SMS.
Aunque las empresas de telecomunicaciones buscan formas de minimizar las llamadas de spam y sus efectos, una parte importante de la responsabilidad recae en el consumidor. Los consumidores deben asegurarse de que no están dando gratuitamente información y datos valiosos. A menudo, los clientes no se dan cuenta de que están compartiendo sus datos cuando descargan o se registran en una aplicación, se suscriben a un boletín online, etc. Es vital leer la política de información de datos y responsabilizarse de cómo se utiliza y se utilizará su información en el futuro. Al reducir al mínimo el número de personas que tienen tu información, minimizas la posibilidad de que tus datos se pierdan en actividades delictivas como la violación de datos, que es a menudo la forma en que los delincuentes acceden a tu número de teléfono para hacer llamadas fraudulentas.
El futuro de la prevención de llamadas spam
Dado que las llamadas de spam y su vinculación con actividades delictivas son un problema mundial, las distintas regiones están buscando otras formas de reducir el número de este tipo de llamadas.
Por ejemplo, en el Reino Unido, las telecos han recibido tres directrices/reglas específicas que deben seguir al respecto: Son las siguientes
- Asegurarse de que un número cumple el formato británico de 10 u 11 dígitos
- Bloquee las llamadas de números que figuran en la lista de Ofcom "No originar".
- Identificar y bloquear las llamadas procedentes del extranjero que suplantan el identificador de llamadas del Reino Unido
El objetivo de lo anterior es bloquear los números falsos que puedan utilizar los delincuentes para proteger aún más a los clientes.
Otros países están estudiando distintas normativas sobre privacidad y protección de la información para ayudar a combatir el problema asociado a las llamadas de spam, así como una mayor seguridad para garantizar que los datos no se pierdan por una brecha. Por ejemplo, en Sudáfrica, la incorporación de la Ley de Protección de la Información Personal (POPIA) ha establecido directrices estrictas para las actividades de marketing directo y publicidad. Aunque las llamadas de spam están permitidas, el cliente tiene que dar su consentimiento para recibir esa información, pero gestionar esto sigue siendo un reto para muchos.
La educación de los clientes seguirá siendo vital para evitar llamadas fraudulentas en el futuro. Los clientes deben sentirse capacitados para tomar las riendas de la protección de sus datos y asegurarse de que su valiosa información se mantiene a salvo y segura. Lo más probable es que las llamadas de spam continúen, pero como cliente debe asegurarse de no facilitar ningún dato personal o importante que los estafadores puedan utilizar para aprovecharse de usted.
Conclusión:
De lo anterior se desprende claramente que las llamadas de spam suelen dejar a los clientes en una posición vulnerable. Aunque muchas empresas de telecomunicaciones han implantado tecnologías que ayudan a reducir y rastrear este tipo de llamadas, el cliente sigue teniendo una gran responsabilidad. Hay que enseñarles a proteger adecuadamente sus datos e información, y deben hacerse cargo de cómo y quién utiliza su información, además de asegurarse de que no facilitan datos personales cuando se comunican con ellos. Las empresas de telecomunicaciones, los clientes y los organismos reguladores deben colaborar para frenar estas actividades y proteger datos e información valiosos.
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Ingeniero de sistemas de software con experiencia demostrada en el sector de las tecnologías de la información y los servicios. Competente en diseño de soluciones técnicas, gestión e integración y arquitectura de sistemas a gran escala. Sólido profesional de la ingeniería con un título de Ingeniero especializado en Ingeniería Informática de la Universidad de Pretoria/Universiteit van Pretoria.